lunes, 14 de febrero de 2011

Resumen del tema 4: Modernismo y 98

Introducción
El Modernismo surge en el último cuarto del siglo XIX primero en Hispanoamérica y después en España. Lo inician escritores como José Martí o Julián del Casal, si bien es el nicaragüense Rubén Darío el que lo consolida definitivamente en Azul, 1888.
El final del siglo XIX se caracteriza por un conformismo burgués en lo social y por el positivismo filosófico. El Realismo y el Naturalismo empezaban a decaer. Los escritores españoles e hispanoamericanos se rebelan contra el espíritu utilitario de la época, sobreponiendo los valores artísticos. Va creándose así un ambiente innovador que pretende revisar más que romper, todos los valores aceptados.
Por tanto, como dice Federico Onís, el Modernismo es la forma hispánica de la crisis universal de las letras y del espíritu, que se había de manifestar en el arte y en los demás aspectos de la vida.
Así pues, el Modernismo es una actitud vital. Es en este punto en el que debemos comenzar a hablar del 98, indicando que las fronteras entre ambos movimientos eran tan borrosas que se ha hecho difícil separar lo “modernista” de lo “noventayochista”.

1. Modernismo y 98
La crítica se ha dividido en dos bandos: los que contraponen rotundamente ambos movimientos y los que apenas entrevén diferencias entre ellos.

1.1. División de los movimientos
Entre los primeros citar a Pedro Salinas, que establece una serie de diferencias:
• Los precursores del Modernismo son poetas; los del 98, ideólogos.
• Los primeros buscan la belleza como último fin, los segundos, la verdad.
• Los modernistas son cosmopolitas, los noventayochistas miran a España.
• El Modernismo es sintético, ya que toma todos los movimientos literarios del XIX; el 98 es analítico, disecciona la realidad española.
• La literatura modernista es una literatura de los sentidos; la del 98 es una literatura de ideas.

1.2. Concepción unitaria de los movimientos
Ferreras, en cambio, señala la influencia de los escritores franceses (especialmente los simbolistas) y el liderazgo de Rubén Darío en ambos movimientos.
Mainer en “Modernismo y 98” aboga por un tratamiento unitario para estos movimientos, puesto que ambos se producen bajo la crisis de fin de siglo.

1.3. Consideraciones generales sobre ambos movimientos
Es difícil trazar una divisoria entre ambos movimientos. Hay puntos en común, incluso hay escritores que entran en ambos, como Valle-Inclán. Estos escritores entran en contacto con Rubén Darío y hay así una influencia del Modernismo hispanoamericano (sobre todo en el lenguaje) en escritores como Antonio Machado o Valle-Inclán.
Los noventayochistas presentan de todas formas características concretas, que los diferencian más que los separan de los escritores propiamente modernistas.

2. Características del Modernismo
Sus características esenciales son el esteticismo (búsqueda de la belleza estética) y el escapismo (evasión en el tiempo y en el espacio) para huir de la realidad cotidiana que rechazan. El cisne será el símbolo de la belleza estética modernista. Otros rasgos son:

• Los ambientes son refinados, aristocráticos y existe un cosmopolitismo que tiene París como centro. Aparece el amor y el erotismo. Se refleja el tema americano como evasión hacia el pasado, pero también como búsqueda de raíces. Aunque al principio se rechazó lo español (exceptuando a Bécquer), luego se produjo un acercamiento a lo hispano y el sentimiento de tener un origen común.
• El lenguaje modernista desea alcanzar la belleza formal. Para ello recibe las influencias del parnasianismo en su concepción del «arte por el arte», y del simbolismo, en su utilización de símbolos sugerentes. El léxico incluye voces extranjeras, cultismos, arcaísmos, neologismos, etc. También se utilizan palabras que hacen referencia al lujo y al refinamiento. Se buscan los valores sensoriales y por ello aparecen aliteraciones, las referencias al color o a los aromas, sinestesias (unión de dos elementos que se perciben por sentidos diferentes) …
• Se crean nuevas estrofas o se modifican otras tradicionales. Un ejemplo es el del soneto de Caupolicán de Rubén Darío, que se compone de alejandrinos (versos de 14 sílabas) en vez de endecasílabos. El gusto por la musicalidad del verso implica la frecuente presencia en los poemas de esquemas rítmicos.
• Podemos diferenciar un Modernismo exterior, que se evade en el tiempo y en el espacio, y un Modernismo interior, que expresa la intimidad del poeta y se acerca al Romanticismo en sus sentimientos de melancolía.

Si en Hispanoamérica destacamos a Rubén Darío con Azul y Prosas profanas, en el Modernismo español podemos mencionar a Manuel Machado, Villaespesa y Marquina. Reciben también influencia modernista Antonio Machado en sus Soledades, Valle-Inclán en sus Sonatas y Juan Ramón Jiménez en su etapa sensitiva.

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