lunes, 11 de abril de 2011

TEMA 13. NOVELA HISPANOAMERICANA DE SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

INTRODUCCIÓN
A partir de 1940 se observa una superación de la novela realista en la literatura hispanoamericana. Una nueva forma de vivir como consecuencia de la revolución técnico-industrial en Hispanoamérica, además de la referencia de los grandes novelistas europeos y norteamericanos (Joyce, Kafka, Proust …) influyen en la nueva narrativa.
A partir de los años sesenta se produce un gran éxito editorial de escritores hispanoamericanos, que se ha llamado “boom”. No obstante, estos escritores continúan en la línea de innovaciones de la narrativa de los cuarenta.
Las características principales de esta nueva narrativa son:
- La preferencia por los espacios urbanos.
- Se adoptan técnicas narrativas nuevas (monólogo interior, desorden cronológico, cambio de puntos de vista …) y se da la experimentación lingüística.
- Se cultiva el “realismo mágico”, que consiste la integración de lo real y fantástico en la novela. La aparición de elementos sorprendentes parecen ser posibles y normales en la realidad que se nos narra. Carpentier señala que el realismo puro es incapaz de recoger la asombrosa realidad del mundo americano. Por tanto, será imprescindible la presencia de lo “real maravilloso” en la novela.

NARRADORES HISPANOAMERICANOS
Onetti. Se considera que su relato El pozo marca el cambio de rumbo de la narrativa. Escribe La vida breve, cuyo protagonista vive una monótona existencia que le hace adoptar otra personalidad y planear un crimen; Juntacadáveres y El astillero, que tratan del intento del protagonista de organizar un burdel en Santa María.

Miguel Ángel Asturias. Destaca su obra El señor presidente, que desarrolla el tema de las dictaduras con una técnica expresionista.

Alejo Carpentier. Escribe Los pasos perdidos, que cuenta la huida desde la civilización occidental vacía hacia la autenticidad del mundo primitivo de la selva. También es el autor de El siglo de las luces, sobre el hundimiento del mundo ilustrado por la Revolución Francesa.

Juan Rulfo. Escribe Pedro Páramo, que relata la llegada de Juan Preciado a Comala para arreglar cuentas con su padre Pedro Páramo. Pero Comala es un pueblo muerto en el que conviven fantasmas que evocan un pasado dominado por el cacique Pedro Páramo. Así pues, el viaje de Juan Preciado es un descenso a los infiernos. Destaca en la obra la yuxtaposición de secuencias en los que hay un desorden cronológico, con cambios de puntos de vista, con alternancia de monólogos interiores y diálogos …

Borges. En sus cuentos se confunden realidad y ficción. Los temas que trata son el destino del ser humano, el tiempo, la identidad humana o el mundo como laberinto cuyo fin es la muerte. Sus relatos motivan la reflexión puesto que constituyen un difícil ejercicio intelectual. Algunas de sus colecciones son Ficciones, El Aleph o El hacedor.

Ernesto Sábato. Sobresale su novela El túnel, en la que a través del monólogo interior del protagonista se descubre su desequilibrio y las oscuras pasiones de su alma.

Cortázar. Su obra principal es Rayuela, que permite varias formas de lectura, rompe con la línea argumental, introduce monólogos interiores, usa el perspectivismo e incluso emplea un lenguaje inventado llamado “glíglico”.

Carlos Fuentes. Escribe La muerte de Artemio Cruz, cuyo protagonista se halla a las puertas de la muerte. Se alternan las tres personas narrativas: la primera persona es un monólogo interior del moribundo, la segunda persona es la voz del subconsciente que se dirige al protagonista y la tercera persona se emplea para evocar el pasado de Artemio.

Vargas Llosa. Escribe La ciudad y los perros, que muestra el ambiente opresivo de un colegio militar en Lima; La casa verde, sobre un prostíbulo en la selva; Conversación en la catedral, sobre la historia contemporánea de Perú; o La fiesta del Chivo sobre el dictador Trujillo en la República Dominicana.

Gabriel García Márquez. Escribe Cien años de soledad. Presenta la saga de los Buendía en el pueblo mítico de Macondo, que simboliza a América. Se reúnen en esta novela la naturaleza, los problemas humanos, la realidad social y política de un continente … Todo ello se presenta con elementos fantásticos que conviven con la realidad cotidiana.
Otras obras importantes suyas son El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada o El amor en los tiempos del cólera.

También podemos mencionar a Cabrera Infante con Tres tristes tigres, a Lezama Lima con Paradiso, Benedetti con La tregua, Mújica Láinez con Bomarzo o Bryce Echenique con Un mundo para Julius.

Escritores más recientes son Jorge Edwards, Isabel Allende o Laura Esquivel.

domingo, 10 de abril de 2011

TEMA 12. Novela posterior a 1939. Tendencias, autores y obras.

1. La novela existencial en los años 40
Tras la Guerra Civil (1936-39) en España hay un ambiente de desorientación cultural. De hecho, los novelistas contrarios al régimen franquista se exilian (Ramón J.Sender, Max Aub ...).
Aparece un grupo de novelistas (Cela, Carmen Laforet, Delibes y Torrente Ballester) que cultivan una “novela existencial”. Se trata de una novela pesimista que trata de problemas existenciales como la soledad, la inadaptación, la frustración o la muerte.

1.1. Cela escribe La familia de Pascual Duarte. En ella un condenado a muerte justifica sus crímenes como consecuencia de las circunstancias de su vida. Inició la corriente del “tremendismo”, que presentaba en la novela escenas violentas y desagradables.

1.2. Carmen Laforet compone Nada. Presenta con un estilo desnudo y un tono triste a una muchacha que va a estudiar a Barcelona, donde vive con unos familiares en un ambiente de ilusiones fracasadas y de vacío existencial.

1.3. De Delibes destacan La sombra del ciprés es alargada, que habla también de la frustración, pero con la esperanza de la religión; El camino, sobre un niño que va a dejar su pueblo para ir a la ciudad; Diario de un cazador, sobre la vida de un conserje de instituto y Las ratas, sobre un inocente en un mundo rural mezquino.

1.4. De Torrente Ballester destacan Javier Mariño, que presenta a un intelectual español que abandona su cómoda vida para unirse a las tropas franquistas, y Los gozos y las sombras, que recupera el relato tradicional de corte decimonónico (del siglo XIX).

2. El realismo social de los años 50
En los años 50 España experimenta una mayor apertura hacia el exterior. En el plano cultural, la censura se flexibiliza y ya es posible “contar lo real”.

2.1. La colmena de Cela es la precursora de la novela social. En ella se trata el tema existencial de la incertidumbre de los destinos humanos pero incorpora temas sociales como el hambre, el dinero y la memoria de guerra.
Es una novela abierta, sin argumento y sin desenlace. Cada capítulo está integrado por secuencias, que narran de manera fragmentaria las peripecias de los personajes. Tiene un protagonista colectivo, que es la ciudad de Madrid.

2.2. La “Generación del medio siglo” cultiva la novela social. Dentro de esta se distinguen dos tendencias: el realismo crítico, que denuncia las injusticias, y el objetivismo, con predominio del diálogo y sin intromisión del narrador.

Destaca Sánchez Ferlosio con la novela objetivista El Jarama, en la que reproduce fielmente los diálogos de unos jóvenes a orillas del Jarama. Los diálogos insustanciales y el incidente final en el que una chica muere ahogada acentúan el pesimismo.

De la Generación de medio siglo despuntan también Ana María Matute con Primera memoria; Aldecoa con Gran sol; Fernández Santos con Los bravos, donde retrata la dura vida del campo; Carmen Martín Gaite con Entre visillos, donde critica la condición de la mujer; López Pacheco con Central eléctrica, donde denuncia la explotación obrera; Alfonso Grosso con La zanja; García Hortelano con Nuevas amistades …

3. La novela experimental española desde 1962 a 1975
Se produce un cansancio del realismo social y se cultiva la novela experimental, influenciada por el llamado “boom hispanoamericano” y por escritores de gran trascendencia para la novela contemporánea como Proust, Joyce, Faulkner y Kafka.
Se trata de una novela abierta, que carece de argumento definido y de desenlace. Hay saltos en el tiempo. El capítulo se sustituye por la secuencia. Se multiplican los puntos de vista y se utiliza también la segunda persona narrativa. El lenguaje se complica: se altera la sintaxis, aparecen párrafos sin puntuación …

La primera novela experimental es Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín-Santos. Relata la historia del médico Pedro, que a causa de los escándalos es despedido del laboratorio y finalmente se recluirá en su aldea. La novela utiliza el tú narrativo, el monólogo interior, el discurso sin puntos, las secuencias …

Torrente Ballester escribe La saga/fuga de J.B., que retrata una fábula de un imaginario pueblo gallego donde el hilo de la novela se corta con frecuencia.

Delibes compone Cinco horas con Mario, donde recoge el soliloquio de Carmen ante su marido ya muerto, y Parábola del náufrago, con influjo de Kafka, en el que el protagonista ve transformarse en perro a su amigo.

Destacan también Cela en San Camilo 1936, Juan Benet con Volverás a Región, Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa y Juan Goytisolo con Señas de identidad.

Con La verdad sobre el caso Savolta (1975) de Mendoza se dio una recuperación de la trama argumental en la novela y se va abandonando la novela experimental.